Zombi. Voz de origen africano occidental, introducida en español a través del inglés, que significa ‘cadáver reanimado mediante prácticas de brujería’. Su plural es zombis (→ plural, 1a) Aunque normalmente se usa solo en masculino, se comporta como un sustantivo común en cuanto al género (el/la zombi; → género2, 1a y 3d)
http://buscon.rae.es/dpdI/SrvltGUIBusDPD?lema=zombi
Un zombi (en ocasiones escrito con la grafía inglesa zombie) es, originalmente, una figura legendaria propia de las regiones donde se practica el culto vudú. Se trataría de un muerto resucitado por medios mágicos por un hechicero para convertirlo en su esclavo. Por extensión, ha pasado a la literatura fantástica como sinónimo de muerto viviente y al lenguaje común para designar en sentido figurado a quien hace las cosas mecánicamente como si estuviera privado de voluntad. http://www.babylon.com/definition/Zombie/Spanish
La palabra zombi o zombie designa: En sentido propio, a un muerto viviente, personaje legendario de Haití y otros lugares donde se practica el vudú.
http://es.wikipedia.org/wiki/Zombi_(desambiguación)
Así las cosas, una definición general describiría los siguientes elementos:
1 persona
2 muerta biológicamente
3 resucitada mediante métodos paganos (vudú) y
4 esclavizado (privado de voluntad)
Esto, sin embargo, es en un sentido técnico-antropológico. El zombi haitiano (del que hablaremos en otra ocasión) que, representado ampliamente en literatura, cine y televisión, es reconocido más como una variante verosímil, depurada y científicamente debatible de lo que para la persona promedio reconoce por esa infame y sumamente célebre palabra "ZOMBIE".
Ahora bien, en términos coloquiales y propios de la cultura occidental (tal vez hoy en día a nivel global), la construcción social o la representación cultural de "zombie" es definitivamente, a partir de la segunda mitad del siglo XX, un cadáver andante, generalmente agresivo (con tendencias canívales), en cierto grado de descomposición y privado de todo proceso cognitivo complejo. Un cuerpo reanimado a partir de diversas causas y cuyo fin aparente es la sola existencia gris inmanente. Un objeto animado, indomable, insaciable, inexpresivo... inocente. Y, claro, ¿porqué no? democrático.
El zombie es contemporáneo, producto de los años gloriosos del autocinema, colega de andadas de Drácula, la momia, el hombre lobo o Frankenstein. Pero esencialmente diferente. No es un monstruo, no por que no sea una producción que queda fuera del orden de la naturaleza, sino por que carece de identidad, voluntad y finalidad. Es más bien, y esencialmente, masa. Un zombie solitario es una falacia.
Con la masa no se puede negociar, no se puede gobernar, no se puede convivir, sólo se puede administrar. Es "zoe", nuda vida.
Aunque insostenible desde el punto de vista científico, (biológico y fisiológico), el zombie constituye, (literal y filosóficamente), una escalofriante metáfora de nuestro tiempo.
Los muertos andan. ¿Mito o realidad? La última peste hipermoderna, esta pandemia velada del siglo XXI es una verdad innegable. Los gobiernos, la ciencia, las religiones y el sentido común lo desmienten. Pero ahí están, día a día, abarrotando el metro, inundando las calles, deseantes, agónicos. ¡Zombies! La metafora viva de nuestra cultura cotidiana. Un blog que desenmascara a los muertos vivientes de nuestra era global.
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