Sexy Zombie with black lingerie and Carmen Miranda Shoes.. XD

martes, 27 de julio de 2010

Zombies en tachones

Se apagó la fiebre futbolera, ahora traspasos, venta y compra de jugadores que brillaron en sus respectivos equipos representativos, de nuevo esperar cuatro años y mientras...

Argentina se queda sin DT, el zombie más gambetero de la historia.

Cada cuarenta y ocho meses se reúnen las tribus del mundo para celebrar uno de los eventos culturales más importantes de la fas de la tierra. Una gran fiesta que cautiva millones de miradas y produce los mayores estallidos sociales (de los "buenos") en todo el mundo, esto independientemente de credo, PIB per cápita o régimen político. Fanáticos del balompié se conectan desde todo tipo de dispositivos digitales y análogos para presenciar los que otrora fuese un tradicional sacrificio de verano en nombre de Marte o Huitzilopochtli. Una feria de venta de sujetos denominados deportistas profesionales, cuyo valor puede alcanzar niveles mayores a lo invertido en educación en países en desarrollo. Esclavos del siglo XXI, zombies en tachones.

Unos datos sobre este tipo de zombies:

El proceso de generación de esta materia prima del espectáculo, cuales tigres o monos de circo. Es el de una selección rigurosa de entre la población de determinadas zonas del mundo. Mediante amplias campañas publicitarias o benévolas clínicas de "asistencia deportiva" son atraídos jóvenes de los más diversos círculos sociales. Víctimas de su propia pasión (alimentada por los medios, los familiares o la institución educativa) los futuros muertos sudorosos serán escogidos de entre millones de sueños frustrados para ser, desde el momento en que sus padres les venden cual ganado en cría, adiestrados, fortalecidos, observados, medidos, evaluados, estandarizados y finalmente explotados durante un promedio de 20 años, en los cuales pasarán de dueño en dueño hasta que un buen día, sin mayor despedida, pasarán a las filas de reclutadores y entrenadores que cierran el círculo.

El proceso escuelita de futbol-juveniles-cantera y profesionalización en equipos de segunda división, será el camino de la mayoría de estas bestias de lujo que en ningún momento tienen libertad total sobre su vida laboral, personal, emocional y política. Basta mencionar la anécdota de Leonel Messi, argentino comprado antes de la mayoría de edad a cambio de un tratamiento a base de hormonas del crecimiento para solucionar los malos pronósticos médicos sobre su baja estatura.

En pocas palabras, un niño fue vendido por sus padres a cambio de una inversión en su cuerpo, para así cumplir su sueño, entretener a millones y ganar una mínima parte de las ganancias que su habilidad genera. (recordemos aquí que a pesar de que existen jugadores millonarios, la gran mayoría de los jugadores profesionales del mundo ganan un salario normal-bajo, sin posibilidades de jubilación ni seguros amplios contra lesiones graves que les impidan seguir haciendo malabares con los pies).

Una vez debutado y disciplinado el cuerpo a niveles insospechados, el jugador abandona toda voluntad propia, es un soldado del campo y defienderá la bandera que le pongan. Los colores los lleva en a cartera y no hay camino de vuelta.

Un programa computacional llevará registro de cada movimiento que haga, los metros que recorra, la fuerza que genere en cada disparo, los porcentajes de todas y cada una de las mínimas acciones llevadas a cabo en el campo. Su tiempo, eficacia, temperamento, obediencia y suerte serán promediados, evaluados, sumados, restados y hasta maquillados según los intereses comerciales. Por que como toda buena inversión, sólo es buena cuando es rentable. Una pierna rota cuesta dinero, una sanción disciplinaria cuesta dinero, un escándalo mediático cuesta dinero, una depresión leve y su consecuente sequía de goles cuesta mucho pero mucho dinero. Para eso, al zombie se le da mucho dinero, muchas prestaciones (mujeres, drogas legales e ilegales, autos, fama) Pero no son de el, son el beneficio colateral de toda posición de chivo expiatorio.

Porque cuando la política y el futbol se unen (si no es que son consustaciales) recrean la famosa y reciclada fórmula romana del "pan y circo", dramáticamente, el jugador, la masa de jugadores, facilitan la catarsis social de los héroes y villanos de cada lado. Sangre sudor y lágrimas de por medio los zombies en tachones nos hacen llorar, reír, soñar y sobre todo mirar a otro lado, mientras el petróleo causa daños irreversibles a nuestros mares, candidatos políticos son asesinados y secuestrados y guerras infames son mantenidas.

Los héroes de nuestra generación están dormidos, hechizados, arrendados y vendidos por los verdaderos dueños de la vida y la muerte. Los principales dueños de equipos de futbol o presidentes de clubes son los mismos dueños de constructoras e inmobiliarias (co-responsables de la actual crisis financiera y principales evasores fiscales) En México, los equipos más populares y con mayor producción de carne futbolera de calidad, son de los dueños de los monopolios en comunicaciones, también llamados cuarto poder.

Sin derecho a un sindicato, a libertad de elección de empresa para laborar, sin derechos fundamentales y contratos basura. Nuestros futbolistas son, al igual que las estrellas pop o los pseudo-intelectuales de izquierda, vida nuda, zombies de portada de magazine, ejemplos a seguir para no incomodar a un status quo que se regodea cada cuatro años con el deporte más bonito del mundo.

Así las cosas, esto me recuerda una película de Olallo Rubio donde se pregunta por el valor de un cuerpo humano, bueno pues la carne de alta calidad del portugués Cristiano Ronaldo ronda sobre los 1,236,842 Euros el kilo, claro que después de la decepcionante actuación en Sudáfrica, puede que haya un bajón en sus acciones.

Los zombies con tachones inundan las plazas y campos de todo el mundo con el único propósito de saciar su sed de gol. Los zombies sin tachones del mundo se sientan ante la pantalla para saciar su sed de dolor, sangre sudor y lágrimas.

pd. el autor de este blog jugó semi-profesionalmente futbol durante 18 años de su vida y dos ligamentos cruzados, tres meniscos e innumerables derrames del líquido sinovial después, sigue poniéndose los tachones de vez en cuando.
Para saciar su sed de futbol.